Este año he aprovechado y he rellenado unas entradas con el título de "Cerrar ...". Esto corresponde a capítulos de mi vida que he ido cerrando por cuestiones personales. Permitidme que hoy, que es un día especial haga unas reflexiones.
Sé que cabe la duda de que ciertas cosas sean o no un reto y esta es una de ellas, pero como todo capítulo que se cierra necesita de una transformación que a veces tiene que ser auto-generada, he decidido que podía incluirlos como retos.
El último que me "toca" es una amiga que ha dejado de serlo. Escuchar de alguien repetir una y otra vez que no la conoces de nada hace que se te agote la poca paciencia que te puede quedar con una persona. Además es alguien que curiosamente alaba que yo aceptara cómo es y que no parara de intentar cambiarme. Cuando la gente no te acepta tal y como eres (y eres dentro de la peculiaridad alguien normal), el problema lo tienen ellos, no tú. Y ademas, jamás dejéis a alguien de lado cuando os necesita y sin el "lo siento" cuando os dice que os necesitó y no cumplisteis.
El otro tema cerrado lo llena alguien que me hizo mucho daño en su día. Curiosamente sentir aquel daño me hizo ver lo poco que me importaba y lo fuerte que me había vuelto, porque aunque sintiera el daño sabía que podía seguir adelante.
Este año he aprendido que me puedo morir por cualquier cosa y que puedo seguir luchando si quiero (y quiero!). También he aprendido que la gente no se molesta en ser amigo, ya llegará otro que ocupe el lugar que ocupas tú, de hecho muchas veces ni te vas, sino que te echan.
He aprendido que a veces cambian las tornas, pero que no se está seguro en ningún sitio; que tengo que seguir aumentando el colchón aunque no necesite hacerlo, porque "nunca se sabe"; que la gente no cambiar, aunque te diga que sí.
He aprendido que me gusta ser cómo soy, que mi conciencia está tranquila, que me gusta ser feliz, que el tiempo a solas es muy preciado, que hay amigos que están ahí a pesar de todo (¡besazo para ti y para ti!), que la vida es un suspiro y que hay que hacer más ejercicio.
Sed felices con lo que tenéis, disfrutad de lo que os da la vida, aunque sean limones (que la limonada está muy rica fresquita!), y sonreíd, que por lo menos, el espejo os devolverá una sonrisa.
Sé que cabe la duda de que ciertas cosas sean o no un reto y esta es una de ellas, pero como todo capítulo que se cierra necesita de una transformación que a veces tiene que ser auto-generada, he decidido que podía incluirlos como retos.
El último que me "toca" es una amiga que ha dejado de serlo. Escuchar de alguien repetir una y otra vez que no la conoces de nada hace que se te agote la poca paciencia que te puede quedar con una persona. Además es alguien que curiosamente alaba que yo aceptara cómo es y que no parara de intentar cambiarme. Cuando la gente no te acepta tal y como eres (y eres dentro de la peculiaridad alguien normal), el problema lo tienen ellos, no tú. Y ademas, jamás dejéis a alguien de lado cuando os necesita y sin el "lo siento" cuando os dice que os necesitó y no cumplisteis.
El otro tema cerrado lo llena alguien que me hizo mucho daño en su día. Curiosamente sentir aquel daño me hizo ver lo poco que me importaba y lo fuerte que me había vuelto, porque aunque sintiera el daño sabía que podía seguir adelante.
Este año he aprendido que me puedo morir por cualquier cosa y que puedo seguir luchando si quiero (y quiero!). También he aprendido que la gente no se molesta en ser amigo, ya llegará otro que ocupe el lugar que ocupas tú, de hecho muchas veces ni te vas, sino que te echan.
He aprendido que a veces cambian las tornas, pero que no se está seguro en ningún sitio; que tengo que seguir aumentando el colchón aunque no necesite hacerlo, porque "nunca se sabe"; que la gente no cambiar, aunque te diga que sí.
He aprendido que me gusta ser cómo soy, que mi conciencia está tranquila, que me gusta ser feliz, que el tiempo a solas es muy preciado, que hay amigos que están ahí a pesar de todo (¡besazo para ti y para ti!), que la vida es un suspiro y que hay que hacer más ejercicio.
Sed felices con lo que tenéis, disfrutad de lo que os da la vida, aunque sean limones (que la limonada está muy rica fresquita!), y sonreíd, que por lo menos, el espejo os devolverá una sonrisa.